dr hector manuel mora montes

Héctor Manuel Mora Montes
Departamento de Biología
División de Ciencias Naturales y Exactas
Campus Guanajuato

Los hongos patógenos son uno de los principales agentes infecciosos en el humano, y pueden causar la muerte en una gran proporción de los afectados si no son tratados a tiempo. Ellos pueden generar desde una afección menor de la piel, como la tiña, hasta una condición que puede llevar al paciente a una unidad de cuidados intensivos. Al analizar la mortalidad asociada a infecciones es una constante encontrar a la tuberculosis y la malaria (causadas por una micobacteria y un parásito, respectivamente) en los primeros lugares de las listas; sin embargo, no debemos de olvidar que los decesos relacionados con hongos patógenos, en conjunto, matan la misma o mayor cantidad de individuos que cualquiera de estas enfermedades. Los principales responsables de esta amenaza son los hongos oportunistas causantes de la criptococosis meníngea, la aspergilosis pulmonar o la candidiasis sistémica: Cryptococcus neoformans, Aspergillus fumigatus o Candida spp., respectivamente.

Estos microorganismos no son los únicos culpables del problema, ya que son considerados patógenos oportunistas, es decir, organismos con el potencial de causarnos daño siempre y cuando exista una situación anormal en nuestra constitución física. Explicado de otra manera, nosotros estamos frecuentemente en contacto con estos organismos y, sin embargo, no nos causan ninguna enfermedad, por eso se llaman oportunistas, solo cuando ciertas condiciones “normales” cambian en el humano son capaces de generar daño a los órganos y tejidos. Tomemos el ejemplo de Candida albicans, uno de los principales agentes causantes de la candidiasis sistémica: lo podemos encontrar viviendo de manera natural en la piel y en las mucosas de más del 90% de la población, y no causa ningún problema; incluso se ha sugerido que ayuda a controlar la población de otros hongos y bacterias que forman parte de nuestra microbiota. Este hongo solo se vuelve un problema cuando nuestros mecanismos de defensa, el sistema inmune, no responden o lo hacen de una forma inadecuada, tal como en individuos con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, pacientes con tratamientos anticancerígenos, con trasplantes de medula ósea, diabetes o desnutrición crónica. Por todo esto, es muy importante desarrollar nuevas alternativas para el diagnóstico y control de estas enfermedades. En la Universidad de Guanajuato estamos estudiando cómo estos organismos son reconocidos por el sistema inmune y desarrollando nuevas estrategias para su detección.

 

Fecha de publicación: 01 de agosto de 2016.

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