dr carlos alfonso curiel

Dr. Carlos Alfonso Curiel Peña
Escuela de Nivel Medio Superior de Silao,
Universidad de Guanajuato

Recuerdo que hace unas décadas la moda estudiantil era asistir a la biblioteca para investigar los temas que se tenían de tarea, al igual que hacer fila para intentar llevarte el libro a casa (si es que no se lo llevaban antes que tú), de igual manera las actividades físicas eran la moda, tener tus clases en la mañana y en la tarde buscar actividades deportivas y artísticas que te gustaran; los juegos desde el trompo, el yoyo, las canicas, la lotería y hasta las estampas coleccionables.

Recordar es volver a vivir; para los que vivimos la época anterior en la escuela, recordamos el borrador bicolor, el cual la idea era que borraba la tinta de la pluma la parte azul, pero yo recuerdo que solo rompía la hoja de tanto tallar; las plumas retráctiles, las cuales si no intentaste bajarlas todas al mismo tiempo, no la disfrutaste y, por último (aunque haya mucho más), las máquinas de escribir, si te equivocabas tenías que volver a realizar el escrito, y para los más nice su máquina eléctrica.

Qué tiempos aquellos que nos tocó vivir, pero es importante abrir la mente y entender que todo cambia, y por ende los adolescentes y estudiantes también, el internet se ha vuelto la herramienta básica de conocimiento, juego y ocio, las actividades físicas han disminuido por las obsesiones tecnológicas (llamémosle así), actuales.

Con todos los adelantos tecnológicos, los que somos profesores, nos hemos percatado de que no es posible seguir los mismos patrones de enseñanza que se tenían con anterioridad, lo primero que buscan y te manifiestan los estudiantes adolescentes es su aburrimiento de la cotidianidad o falta de utilización de TIC en las aulas, simplemente sus expectativas son mucho mayores a las que se tenían antes como estudiantes pasivos receptores de información, ahora, a su manera, quieren más dinamismo y protagonismo en el aula.

Las redes sociales se han vuelto el pan de cada día y la búsqueda de la satisfacción de pertenencia social, al igual que de estima y seguridad (aunque no lo sean), manifiestan la necesidad de “estar conectado”, de tener un perfil que pueda ser ideal, fantasioso y aparente ante iguales o gente que ni siquiera te conoce, pero lo importante es ser parte de una red que está llena (comúnmente) de información vacía, insensible y hasta violenta, pero que se tiene que tolerar para ser parte dé.

Ahora, en estos tiempos, denotan el fastidio por la memorización, la cual se consideraba básica e indispensable en otros momentos de la educación, ellos observan lo obsoleto en eso, ya que refieren no ser necesario al tener a la mano, en todo momento, con su celular la información y conocimientos necesarios en el instante requerido, es decir “para qué me lo aprendo si está en internet”, “ahorita no lo necesito, ya que lo necesite lo busco en google”, “hay tutoriales y páginas con la información que quiera, cuando quiera aprenderlo lo busco”, frases de este tipo se podrían llegar a escuchar.

Posiblemente, los sistemas educativos tengan cierto fracaso escolar por la falta de actualización, incapacidad de escucha de las necesidades de los jóvenes y/o por no saber implementar estrategias adecuadas para la formación integral actual, sabemos que los adolescentes manifiestan una inconformidad ante las estrategias de enseñanza y los métodos de estudio, pero quizá sea tiempo de escuchar y llegar a acuerdos con las visiones estudiantiles, sin olvidar nuestras normas, leyes y límites, es decir, dentro de un marco de respeto y responsabilidad.

Desafortunadamente hemos dado mucho paso al hedonismo en nuestra época, los jóvenes expresan de forma directa o indirecta en sus planes de vida el materialismo, consumismo, inmediatez, lo desechable, la propia violencia, un vacío existencial y hasta un sin sentido de vida, que escuchamos llenando con alcohol, drogas, dependencias tecnológicas y personales, las cuales han dado pauta a la autodestrucción y la violencia social que vemos en nuestras calles.

Hay que considerar que los pensamientos dan vida a la razón y mientras no busquemos la forma de concientizarnos, escucharnos, empatizarnos y trabajar en equipo cada generación, no podremos avanzar a ser una sociedad más evolucionada o progresiva, los pensamientos se estancan si no se rompen los paradigmas y el hedonismo personal y social, y, posiblemente, es lo que haga falta: realmente aprovechar la era del conocimiento para aprender y potencializarnos individual y colectivamente.

 

Fecha de publicación: 18 de abril de 2020.