mtro jose ignacio

Mtro. José Ignacio Ceseña Quiñonez
División de Ingenierías,
Campus Guanajuato,
Universidad de Guanajuato

Recuerdo que mi abuela decía -No lo tires aún puede servir. Ella creció y fue educada en una comunidad minera a principios del siglo pasado, en los días postrevolucionarios donde los recursos eran limitados y cualquier material altamente valorado. No había desechables y se utilizaban trastes, frascos o contendores que eran rellenados una y otra vez con los insumos necesarios. Seguro había desechos pero la idea era utilizar las cosas hasta que de verdad ya no podían servir más. Esta idea como premisa de vida influye en la forma de comprar, consumir, reutilizar y desechar, siempre pensando en el origen de los materiales y en su destino final. Es difícil sobrellevar estas prácticas o este modo de vida en una sociedad que está orientada al consumo, que te enseña que es más fácil comprar algo nuevo que reparar o reutilizar las cosas. Que te vende todo con envoltura, caja y envoltura otra vez. Una sociedad que te ofrece cosas que no necesitas y te crea necesidades solo para asegurar que el consumo continúe.

No se trata de dejar las comodidades que el progreso y la tecnología nos han dado, pero sí de usarlas con responsabilidad y mesura. La mayoría de las personas especialmente las que vivimos en grandes conglomerados urbanos, damos por hecho que los bienes y servicios están a disposición inmediata y pareciera que siempre han estado ahí. Cuando al abrir una llave tenemos agua potable o al oprimir un interruptor tenemos iluminación. Cuando tenemos alimento fresco en nuestro refrigerador o a unos pasos en un comercio. Cuando consumimos carne y nunca hemos tocado a una vaca, un pollo o un cerdo, mucho menos pensamos en tener que matarlo para comerlo.

Mira a tu alrededor y piensa si alguna vez te preocupó de dónde venían los materiales de las cosas que te rodean. La silla en que te sientas, la pantalla que miras, el suelo que pisas, las paredes a tu alrededor, la energía que consumes. Vivir así con esa indiferencia y falta de respeto al origen de las cosas es lo que devalúa a nuestra sociedad y al ambiente. En este punto podrías pensar: -¡Pero yo pago por el agua, pago para comer sin tener que matar, pago por el techo, la ropa y todo lo que uso! Pensar así es un grave error ya que el precio monetario que pagamos por lo que consumimos no refleja en absoluto el costo real de las cosas.

A las empresas les importa poco si las materias primas se agotan en un lugar, simplemente cambiarían de proveedor. Les importa poco si sus procesos contaminan mientras nadie se queje. Las empresas bajan sus costos empleando la mano de obra más barata y se establecen donde las leyes ambientales no son fuertes o no existen agotando los recursos del lugar y empobreciendo comunidades enteras. Ninguna empresa incluye en el precio de sus productos el costo de: limpiar, transportar, tratar, procesar o disponer los residuos en los que se convierten esos productos, sin mencionar los problemas sociales y de salud que generan.

Si bien es cierto que un problema de esta magnitud solo puede ser solucionado desde las cúpulas más altas de nuestro sistema social a través de los gobiernos u organismos sociales, estableciendo regulaciones de explotación, consumo, comercio y disposición, orientadas al respeto y valoración real y ambiental de las cosas, también es cierto que nosotros como individuos debemos dejar la apatía ambiental que tenemos y asumir nuestra responsabilidad en el consumo de productos y la generación de residuos. Debemos informarnos para tomar decisiones conscientes, desde la elección de un producto sobre otro por la responsabilidad de la empresa o su facilidad para reciclar, hasta decidir en cambiar hábitos para reducir los efectos adversos que provocamos al ambiente. Ser conscientes de la medida en que agotamos los recursos naturales de nuestro entorno y preocuparnos por conservarlos para las próximas generaciones es a lo que llamamos “sustentabilidad”. Un largo viaje inicia con un paso, los grandes cambios inician con uno pequeño. Inicia hoy, ver por el ambiente es lo mismo que ver por el futuro de tu gente. Infórmate y actúa.

 

Fecha de publicación: 13 de diciembre de 2019.

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